Piedras
RAMÓN SALAZAR
"Este es el momento antes del momento. ¿Qué viene después? ¿Qué hubo antes?"
miércoles, octubre 19, 2005
la excusa para vivir..
lunes, octubre 17, 2005
¿Cómo describir algo semejante?
“¿Cómo describir algo semejante? La suave languidez de los sentidos que embriagaba la conciencia, que balanceaba a Ruth con suavidad infinita, las luces azules que llegaban a alumbrar los gozos de aquella lucha agónica, los ojos cerrados que temblaban bajo el abrazo y cómo todo parecía felicidad hasta la muerte, paz hasta el vacío. Entre un hombre y una mujer, entre un cuerpo y otro cuerpo, entre un segundo y el siguiente, se abrían espacios inmensos, que ni el pensamiento podía medir, y mundos enteros que los llenaban.”
De todo lo visible y lo invisible
LUCÍA ETXEBARRIA
simara
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Un long dimanche de françailles
JEAN-PIERRE JEUNET
sábado, octubre 08, 2005
once upon a time..
In a castle built with dreams we had each night
All the walls were water where the moon would dance
And the floor moved every time we touched
There's no sun now
Stars don't come out
I can't hear anyone near
There's no sun now
Stars don't come out
I can't hear anyone near
Anyone's near
When you left I tried to drown that moon each night
And the water turned to ice that locked me up inside
But there's no sun now
Stars don't come out
I can't hear anyone near
There's no sun now
Stars don't come out
I can't hear anyone near
Anyone's near
Now I found a planet for myself
Where an ocean cares for me
We beat like wounds
And there is sun now
Stars do come out
I can hear everyone near
There is sun now
Stars do come out
I can hear everyone near
Everyone near
And there is sun now
Stars do come out
I can hear everyone near
There is sun now
Stars do come out
I can hear everyone near
Everyone's near
Once upon a time
MARLANGO
jueves, octubre 06, 2005
casi medianoche..
“Era ya casi medianoche cuando llegamos al portal de casa de Bea. Habíamos hecho casi todo el camino en silencio, sin atrevernos a decir lo que pensábamos. Caminábamos separados, escondiéndonos el uno del otro. Bea caminaba erguida con su Tess bajo el brazo y yo la seguía a un palmo, con su sabor en los labios. Arrastraba todavía la mirada de soslayo que me había propinado Isaac al dejar el Cementerio de los Libros Olvidados. Era una mirada que conocía bien y que había visto mil veces en mi padre, una mirada que me preguntaba si tenía la menor idea de lo que estaba haciendo. Las últimas horas habían transcurrido en otro mundo, un universo de roces, de miradas que no entendía y que se comían la razón y la vergüenza. Ahora, de regreso a aquella realidad que siempre acechaba en las sombras del ensanche, el embrujo se desprendía y apenas me quedaba el deseo doloroso y una inquietud que no tenía nombre. Una simple mirada a Bea me bastó para comprender que mis reservas apenas eran un soplo en la ventisca que se la comía por dentro. Nos detuvimos frente al portal y nos miramos sin hacer amago por fingir. Un sereno tonadillero se aproximaba sin prisa, canturreando boleros acompañándose del tintineo de sus arbustos de llaves...”
La sombra del viento
CARLOS RUIZ ZAFÓN