martes, noviembre 14, 2006

necesito color..

“Haya hecho lo que haya hecho, yo nunca me he conformado con ser un gusano. Me he lanzado, me he desmandado, me he remontado a las alturas, y por muchas veces que me haya estrellado contra el suelo, siempre me he puesto en pie para volverlo a intentar. Incluso ahora, cuando empieza a envolverme la oscuridad, mi mente aguanta y no tira la toalla. El tostador transparente, camarada. Se me apareció hace dos o tres noches en una visión, y desde entonces no se me quita la idea de la cabeza. ¿Por qué no poner el mecanismo al descubierto, me dije, para ver cómo el pan blanco se vuelve dorado, para observar la metamorfosis sin impedimentos? ¿De qué sirve meter ahí el pan y ocultarlo a la vista con ese feo acero inoxidable? Lo imagino de cristal transparente, con las resistencias anaranjadas brillando en su interior. Sería un objeto bonito, una obra de arte en la cocina, una escultura luminosa para contemplar incluso cuando nos dedicamos a la humilde tarea de preparar el desayuno y coger fuerzas para el día que nos espera. Cristal diáfano, resistente al calor. Podemos teñirlo de azul, de verde, del color que queramos, y entonces, con el naranja irradiando desde el interior, imagínate la combinación, fíjate en las maravillas visuales que serían posibles. Hacer tostadas se convertiría en un acto religioso, en una emanación de lo inmaterial, una forma de oración. Santo Dios. Ojalá tuviera fuerzas para trabajar en ello, para sentarme a dibujar unos planos, para perfeccionar el invento y ver hasta dónde llegábamos con él. Eso es lo que siempre he soñado, Míster Bones. Mejorar el mundo. Llevar un poco de belleza a los grises y monótonos rincones del alma. Se puede hacer con un tostador, con un poema, y se puede hacer tendiendo la mano a un desconocido. Da igual cómo se haga. Dejar el mundo un poco mejor de cómo lo has encontrado. Eso es lo máximo a que puede aspirar un hombre.”

TOMBUCTÚ
Paul Auster