domingo, mayo 29, 2005

Hello..



Playground schoolbell rings, again
Rainclouds come to play, again
Has no one told you she's not breathing?
Hello, I am your mind, giving you someone to talk to
Hello

If I smile and don't believe
Soon I know I'll wake from this dream
Don't try to fix me
I'm not broken
Hello, I'm the lie living for you
So you can hide
Don't cry

Suddenly I know I'm not sleeping
Hello, I'm still here, all that's left
Of yesterday...



EVANESCENCE
Hello

sábado, mayo 14, 2005

Ausencia..

David Alfaros Queiros


Rememoro aquel instante a cada momento,
cuando el brillo dió un giro a mi vida
y una voz me gritaba con fuerza.
Fue entonces cuando la ausencia me envolvió
y la voz fue ahogada por el silencio
que me atormenta a cada momento.



ssava

martes, mayo 10, 2005

Stendhal - Rojo y Negro

Stendhal


Con un estilo complicado, que al principio provoca una lectura lenta, Stendhal logra hacernos cómplices de esta gran historia publicada en 1830 e inspirada en un suceso real acaecido en 1826 en Rennes. Acompañando al autor viviremos situaciones llenas de pasión y con sentimientos que se dan en nuestros días. Con un entusiasmo que en ocasiones podremos palpar nos acerca a unos protagonistas que aman, sufren y defienden sus ideales con lo único que les pertenece... su corazón. Una ocasión única para descubrir a un genio como Stendhal, no dejéis escapar la oportunidad de sentir una extraña tristeza mezclada con emoción, al leer la última frase de Rojo y Negro. Por suerte hay sentimientos que desde un pasado han existido y que algunos esperamos que duren por siempre. Muy recomendable.


"—Tiene usted que marcharse —le repetía ella de vez en cuando, con seco acento.
«¡Qué vergüenza para mí si me echa! Será un remordimiento que envenenará para siempre toda mi vida —se decía—, no me escribirá nunca. ¡Dios sabe cuándo volveré por aquí!» A partir de aquel momento todo lo que tenía de celestial la situación dejó de emocionarle en lo más mínimo. Sentado junto a una mujer a quien adoraba, casi estrechándola en sus brazos, en aquel cuarto donde tan feliz había sido, en medio de la más profunda oscuridad, perfectamente consciente de que ella estaba llorando desde hacía un rato, y percibiendo en los movimientos de su pecho que sollozaba, tuvo la desgracia de convertirse de pronto en un frío político, casi tan calculador y tan frío como cuando en el patio del seminario era objeto de alguna broma pesada por parte de un compañero más fuerte que él. Julien alargaba su relato y hablaba de la triste vida que había llevado desde que se marchó de Verrières. «De modo —se decía la señora de Rênal— que después de un año de ausencia, casi totalmente desprovisto de la más pequeña muestra de recuerdo y mientras yo le olvidaba, él sólo pensaba en los días felices que había pasado en Vergy.» Sus sollozos aumentaban. Julien se dio cuanta del éxito de su relato. Comprendió que había que echar mano del último recurso: de pronto citó la carta que acababa de recibir de París.
—Me he despedido del señor obispo.
—¡Cómo! ¡No vuelve usted a Besançon! ¿nos deja para siempre?
—Sí —respondió Julien en tono resuelto—; sí, abandono un país en el cual incluso ha llegado a olvidarme el ser a quien más he querido en mi vida, y lo abandono para no volver más. Me voy a París...
—¡Se va a París! —exclamó casi en voz alta la señora Rênal.
Su voz, casi ahogada por las lágrimas, traicionaba su profunda turbación. Julien necesitaba aquel estímulo; iba a intentar un paso que podía decidirlo todo en contra suya, y antes de aquella exclamación, como no veía nada, ignoraba en absoluto el efecto que estaba produciendo. No dudó más; el miedo al remordimiento le había hecho recobrar el dominio sobre sí mismo. Añadió fríamente, levantándose:
—Sí, señora; la dejo para siempre, deseándole que sea muy feliz. Adiós.
Dio algunos pasos hacia la ventana; la abría ya. La señora de Rênal se lanzó hacia él. Sintió su cabeza sobre su hombro y que lo estrechaba entre sus brazos, pegando su mejilla a la suya.
De este modo, después de tres horas de diálogo, consiguió Julien lo que había deseado tan ardientemente durante las dos primeras. De haber llegado un poco antes, el retorno de los tiernos sentimientos de la señora de Rênal y el eclipse de sus remordimientos le hubieran proporcionado una dicha celestial; obtenidos así, con artificio, no fueron más que un triunfo. Julien quiso absolutamente, a pesar de la resistencia de su amiga, encender la lamparilla.
—¿Quieres acaso —le decía— que no me quede siquiera el recuerdo de haberte visto? ¿Perderé la ocasión de contemplar el amor que sin duda se refleja en esos ojos encantadores? ¿Será invisible para mí la blancura de esta linda mano? ¡Piensa que me voy quizá por mucho tiempo!
Ante esta sola idea, que la hacía derramar margas lágrimas, la señora de Rênal se sentía incapaz de negarle nada. El alba empezaba ya a dibujar vivamente los contornos de los pinos en la montaña situada al este de Verrières. En vez de irse, Julien, ebrio de voluptuosidad, propuso a la señora de Rênal pasar todo el día escondido en su cuarto y no marcharse hasta la noche siguiente.
—¿Y por qué no? —respondió ella—. Esta fatal recaída me hace perder toda estimación de mí misma, y será mi eterna desgracia... —Y le estrechaba contra su corazón—. Mi marido ya no es el mismo, sospecha algo; cree que le he manejado a mi gusto en todo este asunto y se muestra muy resentido conmigo. Si oye el menor ruido, estoy perdida, me echará como a una perdida que es lo que soy.
—Ésa es una frase del padre Chélan —dijo Julien—; no me hubieras hablado así antes de mi cruel marcha para el seminario; ¡entonces sí que me querías!
Julien recibió la recompensa que merecía por la sangre fría que había puesto en esta frase: vio cómo su amiga olvidaba en el acto el peligro que corría con la presencia de su marido, para no pensar más que en el peligro, mucho más grande, de que Julien dudase de su amor. El día clareaba rápidamente e iluminaba por completo la habitación. Julien volvió a sentir todas las voluptuosidades del orgullo satisfecho, al ver en sus brazos, y casi a sus pies, a aquella mujer encantadora, la única a quien había amado y que pocas horas antes estaba entregada por entero al temor de un Dios terrible y al cumplimiento de sus deberes. Las más firmes resoluciones, fortalecidas por un año de constancia, no habían podido resistir ante su valor."


Rojo y Negro
Stendhal

domingo, mayo 08, 2005

siempre me quedará..

Michal Zalewski


Cómo decir que me partes en mil
las esquinitas de mis huesos,
que han caído los esquemas de mi vida
ahora que todo era perfecto.
Y algo más que eso,
me absorbiste el seso y me decían del peso
de este cuerpecito mío
que se ha convertío en río.
de este cuerpecito mío
que se ha convertío en río.

Me cuesta abrir los ojos
y lo hago poco a poco,
no sea que aún te encuentre cerca.
Me guardo tu recuerdo
como el mejor secreto,
que dulce fue tenerte dentro.

Hay un trozo de luz
en esta oscuridad
para prestarme calma.
El tiempo todo calma,
la tempestad y la calma,
el tiempo todo calma,
la tempestad y la calma.

Siempre me quedará
la voz suave del mar,
volver a respirar la lluvia que caerá
sobre este cuerpo y mojará
la flor que crece en mi,
y volver a reír
y cada día un instante volver a pensar en ti
En la voz suave del mar,
en volver a respirar la lluvia que caerá
sobre este cuerpo y mojará
la flor que crece en mi,
y volver a reír
y cada día un instante volver a pensar en ti..

Siempre me quedará
BEBE


“Todos los finales son también comienzos, lo que pasa es que no lo sabemos en su momento” (Mitch Albom: Las cinco personas que encontrarás en el cielo)

sábado, mayo 07, 2005

Escondidos tras una lente..

clasicpistolero


La fotografía para algunas personas nos causa una extraña sensación, nos maravillamos al ver nuestros recuerdos plasmados en papel, observar a personas queridas que siempre permanecerán en este mundo gracias a un objetivo que les capturo. Cuando veo alguna fotografía siento gran atracción, mi mente vuela e imagino un mundo para sus protagonistas y su autor. Al ver la película Amelie sentí una gran fascinación con la original historia del álbum de fotografía, del mismo modo he sentido una alegría al encontrar una página como Fotos Encontradas en la que su autor valora pequeños retazos de historias que no conoce ni conocerá, es fascinante pasarse a observar las fotografías y dejarse llevar por nuestra imaginación. ¿Quiénes fueron? ¿Cuál fue su historia?...



topolino

¿Cuál es tu historia?



ssav.

miércoles, mayo 04, 2005

Chema Madoz

El instante poético de la fotografía..



Chema Madoz a través de objetos cotidianos nos adentra en un mundo diferente a la realidad, con sus fotografías les devuelve la vida impregnando de magia a esas naturalezas muertas que comparten nuestro día a día. Una auténtica delicia.



"Intento componer un enunciado breve, conciso, donde la única certeza sea la importancia de la duda"

martes, mayo 03, 2005

Nada nos parece cambiado..

"Nada nos parece cambiado. Fuera de las sombras irreales de la noche resurge la vida real que conocimos. Nos es preciso reanudarla donde la dejamos, y se apodera de nosotros un terrible sentimiento de la continuidad necesaria, de la energía, en el mismo círculo fastidioso de costumbres estereotipadas, o quizá un salvaje deseo de que nuestros párpados se abran alguna mañana sobre un mundo que hubiese sido creado de nuevo en las tinieblas para nuestro placer, un mundo en el cual las cosas tendrán nuevas formas y colores, que estaría cambiado o que tendría otros secretos; un mundo en el cual el pasado ocuparía poco o ningún lugar..."

El retrato de Dorian Gray
Oscar Wilde

lunes, mayo 02, 2005

Ángel Caído

Situada en pleno Parque de El Retiro, es la única estatua del mundo levantada en honor al diablo. El Ángel Caído fue erigido en 1874 por iniciativa del duque Fernán Núñez, con cuyo nombre se bautizó la avenida en la que se encuentra la fuente.

En contra de la sociedad madrileña de la época el duque donó la cantidad de 11.000 duros para llevar a cabo el proyecto, la estatua del Angel Caído fue inaugurada sólo unos meses después. La escultura fue creada por Ricardo Bellver, en sus inicios la figura fue esculpida en yeso aunque posteriormente con la financiación recibida se hizo en bronce.

La imagen representa el momento en el que, según la Biblia, Lucifer habiendo provocado una revolución de ángeles contra el Señor es expulsado del Cielo. Podemos ver el terror reflejado en el rostro del hermoso ángel mirando hacía el cielo mientras cae del mismo, enredadas en sus piernas aparecen serpientes con colmillos.


Si paseamos junto a ella podremos ver como hay personas que lanzan monedas a la fuente para hacer peticiones al "ángel", tal vez por mero desconocimiento o por pura costumbre.



ssav.