jueves, septiembre 15, 2005

lo único que deseo..


Muchas veces pensamos que podemos controlar el amor. Y, en ese momento, nos sorprendemos haciéndonos una pregunta absolutamente inútil: “¿merece la pena?”
El amor no respeta esa pregunta. El amor no se deja valorar como una mercancía. Uno de los personajes de la obra La buena alma de Tse-Chuang, de Bertold Brecht, nos habla de la verdadera entrega:

"Quiero estar junto a la persona que amo.
No quiero saber el precio que habré de pagar.
No quiero saber si será bueno o malo para mi vida.
No quiero saber si esa persona me quiere o no
Lo único que necesito, lo único que deseo, es estar cerca de la persona que amo”


El intento de controlar el alma
PAULO COELHO

2 comentarios:

  1. Anónimo13:23

    lo único que puedo decir es "gracias".
    resulta agradable y al mismo tiempo perturbador leer algo que resulta tan personal a pesar de que sea de alguien que me gusta tan poco como el sr. coelho

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  2. Muchas gracias por pasaros ;)

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